Oración
En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso. Alabado sea Dios, Señor del universo. El compasivo, el Misericordioso. Dueño del día del Juicio, a Ti solo adoramos y a Ti solo imploramos ayuda. Guíanos por la vía recta, la vía de los que tu has agraciado, no de los que son motivo de ira, ni de los extraviados. Amén.
Creer en Dios y en el día del Juicio.
Párrafos.
La vida del mundo es como agua que hacemos bajar del cielo. Las plantas de la tierra se empapan de ella y alimentan a los hombres y a los rebaños, hasta que, cuando la tierra se ha adornado y engalanado, y piensan los hombres que pueden disponer de ella, vieje entonces Nuestra orden, de noche o de día, y la dejamos lisa como si el día no hubiera estado floreciente. Así explicamos los signos a gente que reflexiona. - (10:24)
La verdadera invocación es la que se dirige a Él. Y aquellos que invocan en vez de Dios no pueden responder sus súplicas, es como a quien, deseando alcanzar el agua con la boca, se contenta con extender hacia ellas las manos y no lo consigue. Y las súplicas de los incrédulos son en vano. - (13:14)
Dios es la luz de los cielos y de la Tierra. Su luz es comparable a una hornacina en la cual hay una lámpara dentro de un recipiente de vidrio tan brillante como un astro resplandeciente. La lámpara se enciende con el aceite de un árbol bendito de olivo de una zona central de oriente y occidente, cuyo aceite por poco alumbra sin haber sido tocado por el fuego. Es luz sobre luz. Dios guía a quien Él quiere, y expone ejemplos para que los hombres recapaciten; y El es Omnisciente. - (24:35)
Las obras de los incrédulos son como espejismo en una llanura: el muy sediento cree que es agua, hasta que, al llegar, no encuentra nada. Sí encontrará, en cambio, a Dios junto a sí y Él le saldrá a su cuenta. Dios es rápido en ajustar cuentas. O como tinieblas en un mar profundo, cubierto de olas, una sobre otras, con nubes por encima, tinieblas sobre tinieblas. Si se saca la mano, apenas se la distingue. No dispone de luz ninguna aquel a quien Dios se la niega. - (24:39)
¿No has visto cómo ha propuesto Dios como símil una buena palabra, semejante a un árbol bueno, de raíz firme y copa que se eleva en el aire, que da fruto en toda estación, con permiso de su Señor? Dios propone simíles a los hombres. Quizás se dejen amonestar. Una mala palabra es, al contrario, semejante a un árbol malo arracado del suelo: le falta firmeza. - (14:24)
Por cierto que a los incrédulos ni su hacienda ni sus hijos les servirán de nada frente a Dios. Esos morarán en el Fuego eternamente. Lo que gastan en esta vida es semejante a un viento glacial que bate la cosecha de gente que ha sido inicua y la destruye. No es DIos quien ha sido injusto con ellos, sino que ellos lo han sido consigo mismos - (3:116)